Práctica 2. Yo como usuario/a.
El pasado jueves día 2 de marzo realizamos en clase la siguiente práctica de habilidades sociales. Cuando llegamos al aula donde la íbamos a realizar, el profesor nos dijo que nos sentáramos en círculo de forma que todos los alumnos pudiéramos vernos entre nosotros. Tras sentarnos, nos explicaron en qué consistía la práctica.
Teníamos que ponernos en la situación de los usuarios que acuden a los servicios sociales para pedir ayuda. Nuestro trabajo en un futuro será ejercer el rol profesional ayudando a estos usuarios, pero para hacerlo de una manera correcta tenemos que empatizar con ellos poniéndonos en su lugar. Por eso tuvimos que escribir en un papel una situación o experiencia que hubiéramos vivido en la que pedíamos ayuda a un profesional, en la que nosotros éramos los usuarios. No necesariamente tenía que ser un profesional del ámbito social o del ámbito sanitario. Podía ser una situación en la que hubiéramos pedido ayuda a nuestra familia o a nuestros amigos. Además tampoco tenía que ser una experiencia o hecho traumático.
Teníamos que explicar cómo fue el trato que recibimos por parte del profesional, tanto bueno como malo, y cómo nos sentimos al interaccionar con él.
Una vez escrita nuestra experiencia nos juntamos con los miembros de nuestro subgrupo de prácticas para contarles nuestra historia. Después seleccionamos una de ellas para contarlas a todos los demás. El profesor nos dijo que no teníamos porqué decir de quién era la historia que estábamos leyendo, que se permitía el anonimato lo que supuso una ventaja a la hora de que la gente se implicara más en la práctica.
En nuestro caso la historia que escogimos fue:
"Hace 2 o 3 años tuve una mala época que me duró unos 2 meses. Todo empezó porque se me juntaron varias cosas, pero en realidad tampoco eran de gran importancia aunque a mí me provocó una pequeña depresión y ansiedad. No tenía ganas de nada, ni de salir de casa, ni ir a clase, ni ver a nadie... Lloraba mucho y sin sentido y yo tampoco le encontraba una explicación a lo que me pasaba.
No sabía porqué estaba así.
Al final mi madre decidió llevarme a la psicóloga y yo en un principio no quería ir, pero al final me daba igual y fui. Solo fui esa sesión y no quise volver más porque aunque fuera la primera vez que nos veíamos me dio la sensación de que eran todo preguntas muy formales, sin interesarse realmente en lo que me pasaba. Además me recetó antidepresivos con solo haber estado hablando una hora conmigo y no lo veía normal. No me los quise tomar.
Para la próxima vez me gustaría que me trataran de otra forma distinta, poniéndose más en mi lugar. Quizás teniendo más sesiones y conociendo verdaderamente qué me pasaba, no recetándome una medicación tan rápido. "
Tras escuchar las historias de cada alumno íbamos comentando entre todos lo que nos parecía, que nos transmitía y si nos sentíamos identificados con esa persona. En nuestro caso, no todos los miembros del grupo de prácticas nos sentíamos identificados con la historia seleccionada porque nunca habíamos estado en una situación similar, pero aun así todos habíamos vivido una experiencia en la que no habíamos recibido un buen trato por parte de un profesional.
Fue interesante y muy valioso escuchar todas las historias de la clase, porque además nos dimos cuenta que muchas eran similares, que a muchos nos habían pasado experiencias parecidas. Y sobre todo nos dimos cuenta que aunque haya hechos que a nosotros nos parecen una "tontería" no lo son. A cada persona le afectan de una manera, los siente y percibe de forma diferente y le dota de diversos significados. Por eso no podemos juzgar a nadie por lo que nos cuente, ya que para él será algo muy valioso, nos están contando su vida, se está abriendo ante nosotros al contarnos su problema.
Creemos que esta práctica fue realmente satisfactoria y que nos hace ver cómo actúan algunos profesionales, tanto de forma positiva como negativa, y así darnos cuenta de cómo tenemos que tratar a los futuros usuarios que vengan a pedirnos ayuda. Que tenemos que ponernos en su lugar, escucharles atentamente, mostrar cariño y empatía para que sientan que realmente queremos ayudarles.
Teníamos que ponernos en la situación de los usuarios que acuden a los servicios sociales para pedir ayuda. Nuestro trabajo en un futuro será ejercer el rol profesional ayudando a estos usuarios, pero para hacerlo de una manera correcta tenemos que empatizar con ellos poniéndonos en su lugar. Por eso tuvimos que escribir en un papel una situación o experiencia que hubiéramos vivido en la que pedíamos ayuda a un profesional, en la que nosotros éramos los usuarios. No necesariamente tenía que ser un profesional del ámbito social o del ámbito sanitario. Podía ser una situación en la que hubiéramos pedido ayuda a nuestra familia o a nuestros amigos. Además tampoco tenía que ser una experiencia o hecho traumático.
Teníamos que explicar cómo fue el trato que recibimos por parte del profesional, tanto bueno como malo, y cómo nos sentimos al interaccionar con él.
Una vez escrita nuestra experiencia nos juntamos con los miembros de nuestro subgrupo de prácticas para contarles nuestra historia. Después seleccionamos una de ellas para contarlas a todos los demás. El profesor nos dijo que no teníamos porqué decir de quién era la historia que estábamos leyendo, que se permitía el anonimato lo que supuso una ventaja a la hora de que la gente se implicara más en la práctica.
En nuestro caso la historia que escogimos fue:
"Hace 2 o 3 años tuve una mala época que me duró unos 2 meses. Todo empezó porque se me juntaron varias cosas, pero en realidad tampoco eran de gran importancia aunque a mí me provocó una pequeña depresión y ansiedad. No tenía ganas de nada, ni de salir de casa, ni ir a clase, ni ver a nadie... Lloraba mucho y sin sentido y yo tampoco le encontraba una explicación a lo que me pasaba.
No sabía porqué estaba así.
Al final mi madre decidió llevarme a la psicóloga y yo en un principio no quería ir, pero al final me daba igual y fui. Solo fui esa sesión y no quise volver más porque aunque fuera la primera vez que nos veíamos me dio la sensación de que eran todo preguntas muy formales, sin interesarse realmente en lo que me pasaba. Además me recetó antidepresivos con solo haber estado hablando una hora conmigo y no lo veía normal. No me los quise tomar.
Para la próxima vez me gustaría que me trataran de otra forma distinta, poniéndose más en mi lugar. Quizás teniendo más sesiones y conociendo verdaderamente qué me pasaba, no recetándome una medicación tan rápido. "
Tras escuchar las historias de cada alumno íbamos comentando entre todos lo que nos parecía, que nos transmitía y si nos sentíamos identificados con esa persona. En nuestro caso, no todos los miembros del grupo de prácticas nos sentíamos identificados con la historia seleccionada porque nunca habíamos estado en una situación similar, pero aun así todos habíamos vivido una experiencia en la que no habíamos recibido un buen trato por parte de un profesional.
Fue interesante y muy valioso escuchar todas las historias de la clase, porque además nos dimos cuenta que muchas eran similares, que a muchos nos habían pasado experiencias parecidas. Y sobre todo nos dimos cuenta que aunque haya hechos que a nosotros nos parecen una "tontería" no lo son. A cada persona le afectan de una manera, los siente y percibe de forma diferente y le dota de diversos significados. Por eso no podemos juzgar a nadie por lo que nos cuente, ya que para él será algo muy valioso, nos están contando su vida, se está abriendo ante nosotros al contarnos su problema.
Creemos que esta práctica fue realmente satisfactoria y que nos hace ver cómo actúan algunos profesionales, tanto de forma positiva como negativa, y así darnos cuenta de cómo tenemos que tratar a los futuros usuarios que vengan a pedirnos ayuda. Que tenemos que ponernos en su lugar, escucharles atentamente, mostrar cariño y empatía para que sientan que realmente queremos ayudarles.
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